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Vuelven pero no vuelvo

Vuelven a aparecer las estaciones vacías pero llenas de sentimientos, el reloj que marca que la despedida, las lágrimas que sacuden las vías, el tren que se va conmigo, lejos, lejos de tí otra vez. Vueleven a aparecer la cuenta atrás para volver a vernos, nuestra canción se repite en mi cabeza y no estoy aquí. Vuelven a aparecer las peleas porque no estamos hechos para estar lejos, porque estamos hechos para tocarnos. Vuelven a aparecer los días de frío, las noches de insomio porque te echo de menos. Vuelven a aparecer los miedos, la desesperación y la rendición pero vuelve a aparecer tu sonrisa en mi recuerdos. Vuelvo a caminar con la sensación de que no agarras mi mano. Vuelvo a irme cuatro años después y esta vez tú no me sigues. Vuelo en este avión que separa Barcelona y Sevilla.
Hay gente que no está destinada a conocerse, gente que solo son extraños. Caminas, camina, dos pasos más, choque de miradas y otros dos pasos más como si fuesen de menos. Ha habido algo, algo esfumado. Que bien sale el papel de extraño, el papel que hace sus labios en cada movimiento, el papel de sus párpados, lo sabes a memoria. Hay gene que no está destinada a querer conocerse.

Te estás yendo

Te estás yendo. Te estás yendo poco a poco, lejos de mí sin poder hacer nada. Te estás yendo casi sin despedirte, con medias risas y dolores. Eres muy fuerte, pero eres humano por eso te estás yendo. No quiero, no lo acepto. Te quiero, como si me hubieses dado la vida, como si fueses infinito, te quiero. Quiero verte, de nuevo mil y una vez más. La vida te está ganando, pero por favor no dejes de jugar. Agota tus últimas fuerzas aunque sea solo para contar los días que nos quedan para vernos, aunque sea solo por llenar los hoyuelos que habitan en tus pupilas. Hasta cuándo tu voz tendrá brillo... Cuánto falta para que vivas para siempre... Necesito acercarme a tu sonrisa, necesito que esa vez no sea la última.
Miedo a equivocarme, a no ser perfecta a fallar. Necesito pero no puedo, la presión me abruma y acaba apoderándose de mis pensamientos. Sensaciones turbias, temblores y escalofríos. Esa obligación de destacar. Lo correcto se adelanta y no deja paso, me encarcela en inseguridades sin silencio ni gritos, si piedad ni placer. ¿por qué no puedo escapar? Nada me ata, pero no puedo irme, no puedo liberar mi mente, encarcelada sin retorno. Acaba ya, pero no acaba bien, estos pasos marcarán el camino, desconocido y deseado. Frío ahogándose en llamas, locura, paz. Sensación de vacío en la abundacia, neciedad, claridad. Saciedad en versos. Deja escapar. Atrás.

Que llena de esperanzas mi temblor...

Quiero que escuches esto, hazlo por mi. Es puro sentimiento, sencillo y directo. Hace tiempo no me paraba a contemplar las letras de este tipo de canciones, eran simples palabrerías que quieren que se compre. Siempre iba con prisas y sin frenos, hacia delante, sin observar a mi alrdedor, no sabía lo que me perdía, aunque estoy segura que si lo hubiese sabido me daría igual. Pero claro, derrepente llega esa persona, que te hace que frenes, que silencies tu ruido para que por primera vez escuches como te late el corazón dándote cuenta de que  existe y te pide a gritos que lo hagas funcionar, que lo abraces para que se calme. Esa persona que te enseña el valor del tiempo, desgarrándote las ganas de que se pare, quedandoros atrapados para siempre. Esa persona que no se precipita, que poco a poco otorga un nuevo sentido a la noche gris, que con la mirada te hace pedacitos cada vez más pequeños, ya no son tuyos. Esa persona que con su sonreír arrasa con el hielo, desafiando a la luna llena.

Quién me lo iba a decir

Quién me lo iba a decir . Quién me iba a decir que amaría tú sonrisa,  la que te hace que tus ojillos se queden chinos, la que te pilla media cara, la que lleva a mi mirada a perseguir tus labios, la que tengo tantas ganas de volver a ver.  Con tus dientes torcidos, con tus imperfecciones sumamente perfectas. Quién me lo iba a decir. Quién me iba a decir que me iría ablandándo con el tiempo. Que esos besos se tradujesen en versos. Quién me lo iba a decir. Quién me iba a decir que tras estos años nos volviesemos a ver y de qué manera. Quién me lo iba a decir. Quién me iba a decir que aquello no era una despedida, que aquel "hasta nunca" se convierte en un "buenos días" cada mañana. Quién me lo iba a decir. Quién me iba a decir que el odio, el reconcor que me hiciste sentir, sea ahora lo que me hace quererte . Quién me lo iba a decir. Quien me iba a decir que iba a volverme loca por ti.
Sí, vuelvo a escribir, una persona me ha hecho volver a sentir. Poco a poco esto crece, de un error de una noche se está traduciendo en pedacitos de felicidad intermitente. Estoy asustada, esto se está intisificando, yo que sólo quería un aquí te pillo y aquí te mato... Se me está yendo de las manos, estoy sintiendo. Tengo miedo de volver a hacer daño, de que no corresponda de nuevo, de que no sepa querer. ¿Por qué me dejaron así?  Era tan tierna, tan inocente que ahora no quedan ni las huellas. Me cuesta tanto querer. No sé hacerlo, no puedo decir algo bonito sin estropearlo con cualquier gilipollez. Mi mente está adaptada a que todo sea un simple polvo, a que sólo vean un trozo de carne en la que incar el diente. Pero ahora no es así, se ha pasado el tiempo de prueba y lo ha superado. ¿Qué se hace ahora? Estoy en punto muerto, lanzándome al vacío, hablar sin pensar, quizás sea la mejor forma. He vuelto a decir te quiero y no por obligación, ¿en qué me estoy convirtiendo? No he vuelt